Encierro y Vitamina D: conservar el buen funcionamiento de nuestro sistema inmunológico

01 Junio 2020

Una de las cosas más importantes en esta crisis sanitaria que estamos viviendo, es mantener el sistema inmunológico con adecuadas materias primas para su funcionamiento, es aquí donde la inmuno-nutrición tiene el rol fundamental.

Stephanie Riedel >
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Si hablamos de vitaminas, las principales, con potente acción inmunológica son las vitaminas A, C, D, E y las que componen el complejo B. Muchas personas que se alimentan medianamente de forma adecuada, presentan gran déficit vitamínico. ¿Por qué sucede esto?

La respuesta está en que siempre se debe considerar la calidad del alimento; cómo se prepara, cómo se combina, qué factores dañinos podrían estar implicados en el proceso alimenticio y la absorción de los nutrientes, como por ejemplo, exceso de la cocción, alta carga de agroquímicos en la producción del alimento, el tipo y mecanismo de envasado, etcétera. Además, se deben considerar las situaciones de vida y los hábitos de cada persona y su entorno, que son los que finalmente permiten o alteran el que el sistema biológico utilice los nutrientes más allá del aporte que se obtiene con los alimentos, por ejemplo, el stress, fumar, insomnio, realizar actividad física inadecuada o no realizarla, como también infecciones, virales, bacterianas, etcétera.

En ese sentido, la vitamina D cumple un rol fundamental. Naturalmente en épocas invernales los niveles de vitamina D descienden en nuestro sistema, sin embargo, se ha observado que independiente de la zona geográfica donde se viva, la poca exposición solar puede hacer que los bajos niveles plasmáticos se mantengan a lo largo del año. Existe evidencia de que el déficit de vitamina D influye en la salud de tal manera que, por ejemplo, se agraven enfermedades cardiovasculares, procesos autoinmunes, cáncer, infecciones, problemas óseos.

Los alimentos que aportan vitamina D son pocos. Entre ellos podemos encontrar a los pescados, el hígado, algunos lácteos, yema de huevo, algunos hongos. Muchas personas no tienen el hábito de consumo de estos alimentos o no pueden comerlos por alguna razón de salud, así también se encuentran en el mercado algunos alimentos fortificados con vitamina D. Sin embargo, esa vitamina usualmente es la D2 (ergocalciferol), siendo la forma más activa la D3 (colecalciferol), la que se activa con la exposición a la luz solar y debiera administrarse en forma de suplemento alimentario.

Es muy importante asesorarse con un profesional de salud competente y formado en el área, ya que la indicación de un suplemento debe ser dada conociendo los valores en sangre de 25-hidroxivitamina D, y además, estos productos deben ser en concentraciones y con aporte en conjunto de otros nutrientes, para lograr adecuadamente los niveles requeridos en la sangre, en formato óptimo que entregue una suplementación sin químicos añadidos y así finalmente tener una mejor absorción, sin interacciones y sin efectos colaterales.

Recomiendo utilizar productos de laboratorios que desarrollan sus fórmulas de suplementación dentro de lo que estipula la normativa legal y que además sean libres de excipientes, yo sugiero la Marca Nat-Or® de Farmacia Nat-Pharma®.

El encierro actual y el poco contacto con el sol, que naturalmente ocurre en esta época del año, hace que sea muy importante suplementarse, para mantener el sistema biológico correctamente ¨abastecido¨, y así evitar los problemas propios de la desnutrición por falta de micronutrientes.